TEXTOS

DISTRAER AL ENEMIGO

Doris Bayly

Distraer al enemigo lo suficiente como para confundirlo, conseguir que olvide el blanco, o al menos, yerre en su intento. Y el blanco, la presa, el más débil, el otro- asegure la supervivencia, quién sabe, al menos, un rato más. Es uno de los propósitos del camuflaje. El otro, su perfecta antítesis: El cazador, mimetizado en su entorno, espera al incauto para dar el golpe. Zarpazo -tiro- que no falla y, víctima de por medio, otorga al vencedor, días de gloria.

El Diccionario de la Real Academia define así el verbo: Camuflar.(del fr. Camoufler) Disimular la presencia de armas, tropas, material de guerra, barcos etc., dándoles apariencia que pueda engañar al enemigo // Disimular dando a algo el aspecto de otra cosa.

Qué chistosos son los académicos. En su ilustrado y muy noble propósito de explicarnos la realidad hilvanando conceptos, se olvidan a veces de mirar lo real. ¿Quién se camufló primero, el hombre para "disimular la presencia de armas, tropas…"o la lagartija en la piedra, para que el halcón, buena vista y todo, no la descubra? ¿De qué se trata, de medir el entorno de acuerdo a nuestros pequeños parámetros, o más bien de observar la naturaleza para entender cuál es nuestro lugar, cuál nuestro ritmo?

Armando encontró curiosas similitudes entre el diseño de la piel de ciertos animales y piezas de tela empleadas por distintos ejércitos.

El otorongo, el camaleón, la manta raya, la tortuga, la mantis religiosa, la perdiz, el venado de los montes se confunden con el paisaje, y se pierden de vista. El uniforme camuflado busca proteger al combatiente de los alcances del contrario, aunque no siempre consiga su propósito ( y las guerras sigan siendo un despropósito).

El aguaruna, el cusqueño, el huancavelicano, el paiteño o el loretano, los de fuera, se confunden en la ciudad -rápidamente se camuflan- y los perdemos de vista. No quieren ser los otros. Sino nosotros.

El pintor camufla sus líneas, buscando una lectura distinta, y ser él mismo.

Es la idea. No ser distintos al resto para sobrevivir.
Y una vez distraído el enemigo, celebrar la vida.